🌒 La palabra que despertó del miedo
Durante siglos, la palabra bruja fue usada para señalar, para castigar, para silenciar.
Pero lo que realmente nombraba esa palabra era una mujer conectada a la vida, a la energía que todo lo une, a la sabiduría que no necesita templos porque habita en el corazón.
Ser bruja no es practicar oscuridad,
sino iluminar las sombras,
transformar el dolor en medicina,
y recordar que somos parte de la red sagrada del universo.
La bruja es la mujer que recuerda su poder y lo usa con conciencia, amor y propósito.
- Guerreras de la luz
Las brujas son guerreras de la luz, no porque luchen desde la violencia,
sino porque eligen la claridad cuando el mundo se llena de miedo.
Sanan, limpian, acompañan, despiertan.
Son guardianas del equilibrio: entre el cielo y la tierra, entre lo visible y lo invisible, entre la materia y el espíritu.
Cada una trabaja desde su don:
algunas con hierbas y plantas,
otras con palabras y oráculos,
otras con energía, sonido, fuego o agua.
Todas sirven a la misma causa: el despertar humano, la expansión de la conciencia y la sanación de la Tierra.
- La función de la bruja
La función de una bruja es recordar y acompañar.
Recordar que somos energía, que la vida tiene ritmo, ciclos y propósito.
Acompañar a quienes han olvidado su luz, guiarlos a reencontrarse con su alma.
La bruja no impone, no domina, no juzga.
Ella observa, siente, escucha.
Su poder no nace del control, sino del equilibrio entre su sombra y su luz.
La verdadera magia no está en los hechizos,
sino en la presencia consciente, en la intención,
en el amor que transforma lo denso en luminoso.
- El trabajo de las brujas
Las brujas trabajan con los elementos: fuego, agua, aire, tierra y espíritu.
Ellas saben que todo está vivo, que cada planta, cada piedra, cada palabra tiene vibración.
Por eso su magia es un arte de conexión:
armonizan espacios, limpian energías, invocan claridad, bendicen comienzos.
Trabajan en silencio, con respeto y gratitud.
No buscan poder, buscan armonía.
Y cuando una bruja enciende su vela, eleva su oración o abre un círculo, no lo hace solo por sí misma:
lo hace por todas las almas, por la Tierra, por la vida.
- La bruja moderna: la que recuerda y crea
Hoy, la bruja renace sin miedo.
Ya no se esconde, ya no pide perdón por su intuición, su sabiduría o su fuerza.
Vive en las mujeres (y hombres) que meditan, sanan, abrazan su naturaleza y escuchan su alma.
Vive en quienes se atreven a vivir con conciencia, amor y magia.
Ser bruja es ser puente entre mundos.
Es ser amor en acción, energía viva, medicina del alma.
- Con amor y verdad
Las brujas no son del pasado:
son del presente que despierta.
De los corazones que eligen sanar,
de las almas que recuerdan quiénes son.
Ser bruja es un acto de amor,
de valentía,
y de profunda devoción por la vida.
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Comentarios
Que viva las brujas!!!!!
Dándoles gracias por estar y por su condición de dar esperanza!